Esta semana, nuestra universidad tuvo el privilegio de recibir a la carismática Barbara Oakley, reconocida científica norteamericana, ganadora del McGraw Prize, considerado el Premio Nobel de la Educación. Doctora en Ingeniería y profesora en la Universidad de Oakland (EE.UU.), Oakley participó en el ciclo de charlas “Educación del Futuro”, organizado por la Vicerrectoría de Transformación Digital de la UNAB, instancia que busca conectar el conocimiento académico con los desafíos tecnológicos y pedagógicos del siglo XXI.
Oakley es una figura clave en la investigación sobre neurociencia aplicada al aprendizaje. Es creadora del curso más popular de Coursera, Learning How to Learn, que ha formado a más de 4 millones de estudiantes en todo el mundo, y autora del bestseller internacional A Mind for Numbers, traducido a más de 20 idiomas y con más de un millón de copias vendidas. Su trabajo ha transformado la manera en que entendemos cómo el cerebro adquiere, consolida y utiliza el conocimiento.
Durante su charla en UNAB, Oakley abordó interrogantes que cruzan la educación contemporánea: ¿cómo aprendemos en un mundo digitalizado? ¿de qué manera la inteligencia artificial puede potenciar nuestras habilidades en lugar de reemplazarlas? ¿qué papel cumplen los docentes y padres en la formación de nuevas competencias cognitivas? A través de ejemplos y evidencias, invitó a repensar los métodos de enseñanza y aprendizaje en un contexto donde la tecnología está en constante expansión.


Uno de los puntos más llamativos de su exposición fue la advertencia sobre el impacto del uso del celular en los procesos cognitivos. Según explicó, “la mera presencia del teléfono reduce nuestra capacidad de concentración”, afectando la memoria de trabajo y el aprendizaje profundo. Por eso, propuso avanzar hacia un uso consciente y complementario de las herramientas digitales —incluida la inteligencia artificial generativa—, que ayuden a fortalecer el pensamiento crítico y no a debilitarlo.
En cuanto a estrategias concretas, Oakley compartió dos técnicas que considera fundamentales para mejorar el aprendizaje. La primera es la práctica de recuperación (retrieval practice), que consiste en intentar recordar activamente la información sin mirar el material de estudio, fortaleciendo así la memoria a largo plazo. La segunda es la Técnica Pomodoro, que organiza sesiones de estudio de 25 minutos de enfoque intenso seguidos de breves pausas. Barbara enfatizó en lo que ocurre durante la pausa: tres minutos para recordar lo aprendido y tres minutos de descanso absoluto, sin celular, permiten que el cerebro consolide las nuevas conexiones neuronales.
Sobre el rol de la inteligencia artificial en la educación del futuro, Oakley señaló: “Si bien la IA será excelente para el entrenamiento práctico y la tutoría personalizada, su rol será complementario. El profesor seguirá siendo esencial: su tarea será asegurar que el conocimiento no sólo esté disponible, sino que realmente sea internalizado por los estudiantes”. En su visión, el docente del mañana alternará entre ser el “sabio en el escenario” y el “guía al lado”, guiando y verificando que el aprendizaje ocurra de verdad.
Finalmente, la investigadora recordó que la habilidad cognitiva más importante en la era de la IA es aprender cómo aprender. “Significa probar tu propio cerebro y ver si la información realmente está ahí”, señaló. Para ello, recomendó el uso de tarjetas tipo flashcard durante varios días, como forma de ejercitar la memoria activa y consolidar el conocimiento. Su mensaje, potente y simple a la vez, dejó una invitación abierta a docentes y estudiantes: en tiempos de cambio acelerado, aprender a aprender es el conocimiento más valioso de todos.
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